Existen instalaciones de última generación para
realizar una sesión de fisioterapia acuática como puede ser el canal
hidrodinámico o la Hydrophysio, también es cierto, que suele ser complicado
disponer de dichas instalaciones, especialmente por su elevado coste.
Creemos que no está de más conocer estas dos instalaciones punteras:
à Canal hidrodinámico: vaso acuático de
dimensiones variables donde se puede regular la velocidad del flujo del agua,
para crear una mayor o menor resistencia al movimiento. Dispone de una ventana
de observación subacuática, ideal para el control del movimiento subacáutico
(ya sea en el control de la marcha o de un ejercicio). Según los modelos, se
puede regular la profundidad del vaso a través de la plataforma móvil.
à Hydrophysio: pasillo de marcha de paredes
transparentes para la correcta observación de la ejecución. Se puede graduar la
cantidad de agua (para obtener distintos niveles de carga), la resistencia o no
de los hidrojets, así como el sentido de circulación de la cinta para un
trabajo hacia delante o hacia atrás.
Aún así, no es necesario disponer de grandes instalaciones para poder
pautar y programar un buen tratamiento dentro del agua. En cualquier piscina
(municipal o privada) se puede llevar a cabo una sesión. Tan sólo deberemos
tener en cuenta tres aspectos básicos a valorar:
- Accesos: es
importante que el acceso al vaso sea el adecuado al tipo de paciente que
venga a demandar nuestros servicios. Existen múltiples accesos y en
función del grado de independencia del paciente serán más o menos
indicados (escaleras verticales, escaleras de obra o de gradiente, rampas
y sillas hidráulicas son los más comunes).
- Profundidad:
teniendo en cuenta que la profundidad es un parámetro individualizado que
se mide a partir de la línea de
trocánter del individuo (por debajo se considera poco profunda y
por encima se considera profunda), en función de la carga a la que
queramos someter a las articulaciones escogeremos una piscina u otra.
- Temperatura:
si no está en nuestra disposición variar la temperatura del agua,
tendremos que tenerla en cuenta para alargar o acortar la sesión en
función del tipo de trabajo que vayamos a realizar. Hay que pensar que en
actividades más vigorosas será necesario tener una temperatura más baja
(27-29º) y en actividades más tranquilas, más alta (32º). También habrá
que tener en cuenta la percepción térmica del propio paciente.
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