El agua es un elemento imprescindible para la vida. Teniendo en cuenta que tres cuartas partes del planeta están cubiertas por agua y que en el cuerpo humano representa un elevado porcentaje de su composición, no es de extrañar que ya desde nuestros antepasados se le haya conferido una importancia fundamental. Pensemos en nuestro día a día: hidratación, higiene, generación de energía, ocio… siempre está presente, pero, ¿por qué no la utilizamos más a menudo en nuestros procesos de rehabilitación?
Pocos son los estudios científicos y aún menos la formación que existe sobre la fisioterapia acuática, pero sin embargo, nuestra experiencia nos dice que, trabajando en este medio, obtenemos grandes resultados.
Quizás la dificultad se halle en la poca información hacia los posibles usuarios o bien, en la insuficiente formación de los profesionales. Es probable que otro motivo sea la escasez de medios, refiriéndonos principalmente, a piscinas adaptadas (por su elevado coste de mantenimiento). Aún así, estamos convencidos que éste, es un medio al cual hay que sacarle mejor partido, puesto que son muchos los beneficios que puede llegar a aportarnos.
Si somos realistas, no necesitamos grandes piscinas para pautar y programar buenos tratamientos. El buen terapeuta es aquel que conoce sus límites y sabe adaptarse a lo que se le presenta. Prácticamente en cualquier piscina podemos desarrollar ejercicios de recuperación, sólo hay que tener en cuenta tres principios básicos:
· las propiedades del agua,
· las características de la piscina donde se va a trabajar,
· las posibilidades de la persona que tenemos delante (tanto físicas como psíquicas).
En este blog sólo queremos ser un cajón más de vuestras herramientas de trabajo. Para ello, intentaremos aportaros nuestras vivencias y experiencia dentro del medio acuático para ayudaros y orientaros en todo cuanto necesitéis.
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