Después de comentar en la entrada anterior los diferentes accesos en la piscina, hoy queremos explicaros las posibles alternativas y sus transferencias, en caso de que así fuera necesario.
Probablemente, no siempre dispondremos de los accesos más adecuados a nuestro tipo de paciente.
A continuación os exponemos un claro ejemplo de que en ciertas ocasiones, las necesidades nos obligan a diseñar otros planes de actuación que distan de lo convencional. Tal vez, nos encontremos en situaciones en las cuales nuestras posibilidades de tratamiento en la piscina estén condicionadas a la dificultad de la persona para acceder a ella. Recordad que por encima de todo, hay que garantizar la seguridad e integridad del individuo durante la transferencia, la entrada y la salida del vaso acuático.
Probablemente, no siempre dispondremos de los accesos más adecuados a nuestro tipo de paciente.
A continuación os exponemos un claro ejemplo de que en ciertas ocasiones, las necesidades nos obligan a diseñar otros planes de actuación que distan de lo convencional. Tal vez, nos encontremos en situaciones en las cuales nuestras posibilidades de tratamiento en la piscina estén condicionadas a la dificultad de la persona para acceder a ella. Recordad que por encima de todo, hay que garantizar la seguridad e integridad del individuo durante la transferencia, la entrada y la salida del vaso acuático.
En esta ocasión, nuestro caso clínico, nos obligaba a trabajar en una piscina con silla hidráulica debido a las características de la patología del paciente, pero pasado un tiempo y observando su evolución, necesitábamos cambiar de piscina para continuar el progreso en el tratamiento. El inconveniente era el acceso, unas escaleras que imposibilitaban su entrada, inclusive con ayuda. Llegados a este punto, nos planteamos si había posibilidad de buscar alternativas, teniendo en cuenta que el interés de avanzar en el tratamiento era mayor que las dificultades para realizar el acceso.